sábado, 12 de enero de 2013

La tenacidad de las palabras

Trabajo de Erika Altman

Habían conseguido sobornar a una de las gemelas, la encargada de la vigilancia en la torre central. Sin embargo, no encontraron ninguna hache muda y sigilosa que las ayudase a llevar a cabo su HuiDa. Las tres vocales, con la tinta imborrable que sustancia lo perpetuo, siguieron encerradas en la CiuDaD.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Una suerte de muerte

by ~pin-dbr


El dragón caniche de Jinxin ladra una vez cada ochocientos años y la fortuna llega a quien lo escucha. El pájaro Bai-feng aparece en el cuarto atardecer de cada nuevo milenio y la muerte alcanza a quien lo ve. Hoy, la suerte y la desgracia van a coincidir en el tiempo. Todos acuden al palacio en ruinas. En el antiguo salón del trono, el dragón dormita. Las sombras de las columnas se van alargando y los aldeanos, previsores, se vendan los ojos. Cuando el pájaro Bai-feng aparece en medio de un remolino irisado, el viejo dragón se despierta y bosteza. Mira con desidia al pájaro de la muerte, sabe que la magia del ave no es lo suficientemente poderosa para doblegar su inmortalidad. Y lo lamenta. Hace muchos siglos que se ha aburrido de la vida. Ve comprensión en los ojos carmesí de su compañero, la misma tristeza y una súplica. El dragón asiente. Todos oyen el ladrido. Luego el golpe sordo de un cuerpo que se desploma sobre el suelo embaldosado.


sábado, 14 de abril de 2012

Sin pecado cometido



Eva le dijo que probase y Adán así lo hizo. Tuvo que reconocer que su sabor era exquisito. Ninguna voz tronó en el cielo y ella aprovechó la piel para hacerse unos zapatos.


miércoles, 21 de marzo de 2012

Sinestesia aguda


Entre las sombras del callejón, su taconeo se te clava en la carne como agujas. En seguida, tu cuchillo le devuelve el trato, brilla en la oscuridad como ráfagas de jazz. Cuando todo acaba, te agachas para lamer una a una sus heridas. Su sangre sabe a un azul intenso. No te extraña, te lo dice la experiencia: cuanto más puta, más princesa.


viernes, 7 de octubre de 2011

Circo de personas



Por novedoso, el éxito está siendo espectacular. No tanto por ver a estas fieras, mansas en exceso, pasar por el aro o brincar según ordene el látigo. Lo de verdad excitante es el desempeño perfecto del león como domador, del elefante como jinete, de la hiena como empresaria, del oso como político.



viernes, 30 de septiembre de 2011

Peculiaridades de la Torre Eiffel


Se cuenta que, en alguna parte de la estructura, existe un remache cardinal con la calavera de un gallo grabada en su cabeza. Si se extrajese, el monumento se derrumbaría por completo. En círculos todavía más ocultos al conocimiento público, se hace referencia a un segundo remache sin inscripción ninguna. De ser girado quince grados en sentido antihorario durante una noche de novilunio, todos los hombres volveríamos a formar un mismo pueblo, a hablar la misma lengua, fabricaríamos grúas, andamios, concluiríamos al fin nuestra merecida escalera hasta el Cielo.


sábado, 24 de septiembre de 2011

Berlín, 1989



Cae el muro. Son tiempos de incertidumbre, todos quieren saber lo que les depara el futuro. La ciudad se llena de modernos augures y sibilas dispuestos a hacer su agosto en noviembre. Una joven desenguanta el mapa de su vida y se lo ofrece a una gitana experta en desentrañar las rutas. “¿Viviré mucho?”, pregunta. “Hasta los 90”. La chica se cree afortunada, la gitana no le cobra la lectura.



jueves, 22 de septiembre de 2011

En el nombre del padre


Secuestré al secuestrador de mi padre cuando intentaba recoger la bolsa del rescate. Al tercer día de palizas, confesó que ya lo había matado y enterrado en el desierto. Lo maté y lo enterré en el desierto.

Llaman a la puerta. Incluso antes de que me apunte con el revólver, sé quién es: tiene sus mismos ojos.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Vaso resquebrajado


Si mira el vaso medio lleno, su vida ha sido una continua aventura. Si medio vacío, ha sido un camino solitario, lamenta que la vejez lo haya encontrado sin nadie a su lado. Mira el vaso y no se decide. Lo vacía de un trago, lo vuelve a llenar. Lleno. Vacío. Lleno otra vez y ahora vacío. Así las veces necesarias hasta que el sopor le secuestre los recuerdos por una noche más. Entonces el vacío del sueño. Tal vez muy pronto, el vacío de la muerte. Lo único que, a estas alturas, lo llenaría de paz.


jueves, 8 de septiembre de 2011

El hombre que tropezaba siempre con la misma piedra



Un ermitaño vivía en lo alto de una montaña. Cada mañana, al salir de su choza con el sueño todavía a rastras, sucedía. Maldiciendo de dolor, la tiraba ladera abajo. En el valle, viéndola venir, el que maldecía era Sísifo.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Amor entre rehenes


Aguanta, preciosa. Sólo unos días más y seremos libres.

Selena parece entender, se queda muy quieta, se duerme. Sueña, tal vez, con sus miedos de este mundo. Penas que amainan cuando suena, en el vientre de luna llena, la ternura de una nana.

martes, 30 de agosto de 2011

Síndrome de Omlocotse



Tanto la he llegado a querer que, cuando recibí el dinero del rescate, me eché a llorar. Tras liberarla, me he mudado al zulo, donde todo me recuerda a ella: el jergón que aún conserva su olor, el de sus orines, los arañazos ensangrentados en la trampilla, la bombilla rota con la que intentara una vez (qué ingeniosa) cortarse las muñecas. Por Navidad, le enviaré una tarjeta, no está bien perder así el contacto.



domingo, 28 de agosto de 2011

Valle de lágrimas



—Dios mío, ¿por qué me has abandonado?


Los hombres, seres ingenuos, piensan que se sacrificó por ellos. En realidad, fueron meros instrumentos de Satán para secuestrar al Hijo. El Señor, que antes que Dios es Padre, aceptó las condiciones y, al tercer día, su Hijo fue liberado. Los bastardos de arcilla fueron los sacrificados, el precio aceptable del rescate.



sábado, 27 de agosto de 2011

Noticias de aquel país (I): Secuestro y regateo

Un plácido es raptado por una banda de petrones. Es sabido que los plácidos nunca tienen dinero, pero la banda es novata y no se atreve con un lucra, siempre tan rodeados de guardaespaldas o tigres. Así que envían un dedo con la exigencia de un modesto rescate a la familia del plácido. Esta piensa: “Quedan nueve, hay tiempo”. Luego guardan el dedo en una neverita de playa. Al tercer dedo, los petrones bajan el precio. La familia: “Quedan siete, esperamos”. Después del octavo, se llega a una oferta que los plácidos consideran razonable, pagan y el rehén es liberado. Cuando llega a casa, los suyos lo reciben con una gran fiesta y bollos de miel. Le devuelven los dedos y se los atan al muñón con amor y unas cintas de muselina. El plácido está contento: los lazos quedan muy bonitos y son ¡cada uno de un color! Entre todos, discuten si poner lazos a los otros dos dedos, pero lo ven un exceso. Previsores, acuerdan guardar las cintas sobrantes para futuros secuestros.



viernes, 26 de agosto de 2011

Gesta truncada



Teseo lleva siete años en el laberinto. En su tesitura de héroe, no puede regresar a Atenas con las manos vacías pero, por más vueltas que da, no es capaz de encontrar al Minotauro. Desconoce que antes que él entró Ariadna y dio con la bestia: débil, temerosa, secuestrada a los ojos del mundo y confinada por décadas. Con un hilo de ingenio, huyeron de Creta los dos hermanastros, a salvo de cualquier pendejo con aspiraciones a protagonista de epopeya.



domingo, 21 de agosto de 2011

Dragones y mazmorras



De chavales, Pedro siempre era el caballero de brillante armadura, Marina la princesa a rescatar. A mí me tocaba ser dragón, no había otra. Muchos años después volvimos a jugar, aunque los papeles en la versión adulta y adúltera estaban menos claros. No sé si fui raptor o salvador en esos encuentros donde, por unas horas, secuestraba a Marina de la esclavitud de su matrimonio con Pedro. El final del cuento, sin embargo, no cambió: el dragón acabó con el corazón atravesado, roto en mil pedazos.



miércoles, 3 de agosto de 2011

Picotazos en el cerebro


Tengo entre manos varias muertes. Antes tuve pájaros en la cabeza. Alegaría locura transitoria, pero entonces no podría seguir con este mequiere-nomequiere delicioso que es ir quitándoles, una a una, las plumas.



lunes, 1 de agosto de 2011

Números de circo tendiendo a cero

© Sonia Carballo (Sotacoba)

En el siglo XIV, las pulgas acabaron con el treinta por ciento de la población europea.


En el siglo XVIII, un arruinado propietario londinense de un circo de pulgas aplastó de un manotazo al treinta por ciento de sus empleadas.


Saltos en el tiempo, saltos en la vida, pulgas matando como humanos y humanos saltando como pulgas. Meros instrumentos en la calculadora del Universo, que equilibra, hace balance, suma y resta hasta que la nada y el infinito vuelvan a ser la misma cosa. Se rasca y rasca el Universo. Mientras, nosotros, todos pulgas.



domingo, 31 de julio de 2011

It's the end of the world as we know it ( and I feel blue)

"The face", drfranken

Aunque ella lo negara con esa dureza seductora que tantas veces había ensayado frente al espejo, yo sabía que estaba dispuesta a seguirme hasta el fin del mundo. Por eso, después de postergar el momento todo lo posible, agotadas más de dos mil páginas de excusas y tramas secundarias, lloré cuando escribí las tres letras que rubricaban, en efecto, el fin del mundo. Un mundo que era el nuestro, parecido (tan distinto) al que ahora reinventas junto a ella, maldito lector, mientras pasas las páginas de mi libro.



viernes, 29 de julio de 2011

Mujeres de mi vida



Laura llevaba siempre un lazo azul. (Vanesa se tiende desnuda). Sobre todas las cosas, le gustaban los gatos y las fresas. (Su mirada ronronea por mi piel). Cuando reía, se le formaban hoyuelos en las mejillas. (Sonríe seductora, le dejo creer que tiene el control). Éramos sólo unos niños y el mundo un juego por descubrir. (Explora mi cuerpo, a su capricho). Una noche de chicharras y estrellas, le robé un beso. (Le muerdo el labio, le hago daño). Me dio un empujón y acabé en el suelo. (La empujo, me siento encima de ella, la inmovilizo). Se burló, vi en sus ojos el desprecio. (Se queja mimosa, hasta que ve en mis ojos el desprecio). La piedra en mi mano, la sangre. (El cuchillo en mi mano, la sangre). Fue la primera. (No será la última).